jueves, 16 de octubre de 2014

la tarea




Todas las tardes el mismo escenario; hijo sentado frente a su carpeta, la espalda arqueada de tal forma que su barbilla se apoya en la mesa, sus brazos salen por arriba de las orejas, el resto de su cuerpo pende de la puntita derecha de la silla, se hamaca haciendo que a cada instante parezca que se va a caer con silla, carpeta, cartuchera y mesa.

Mi hijo pasará por todos los estadios emocionales durante el  tiempo que le lleve hacer la tarea, será un descreído, rezongará por tener que aprender a dividir, argumentará que en su adultez va a usar la calculadora, la ortografía le parecerá una completa pérdida de tiempo, bufará alrededor de 200 veces, tendrá sed unas 50, querrá estirar las manos , se enojará con la hermana, con la maestra, yo seré su peor enemiga, llorará, tendrá que lavarse la cara, se dará cuenta que no copió todas las preguntas de Ciencias Sociales y llamará a su amigo, recordará anécdotas de sus vacaciones o de jugadas de partidos de fútbol, se colgarán al teléfono hasta que alguna de las dos madres pegue el grito.

Mi paciencia se verá puesta a prueba desde el inicio. 

También pasaré por todos los estadios emocionales, comenzaré con palabras cariñosas, sentada a su lado, comprendiendo que es un niño, que tiene sueño, recordaré que hacer la tarea tampoco me gustaba y que casi nunca tenía a un adulto a mi lado para ayudarme, contenerme, así hasta que descubra que mientras le dicto él está distraído mirando por la ventana, lentamente cambiaré de idea y lo veré como un pequeño actor dramático que mediante la lástima quiere manipularme para que me quede a su lado, le serviré agua y tendré ganas de volcar el vaso sobre su cabeza y masajearle el pelo, me levantaré y caminaré hacia el baño, me lavaré la cara, tendré muchas ganas de salir corriendo con destino desconocido, hija no colaborará y querrá sacarle los útiles, le morderá la cintura, acción que derivará en una escena de gritos y llanto de ambos.

Padre vendrá a ver qué sucede, hijo se calmará, se sentará derecho, de golpe sabrá todas las respuestas, su letra solo ocupará dos renglones, estará animado, sonriente, concentrado, el muy desgraciado estará concentrado.

Hija se pondrá a jugar, se quedará 15 minutos seguidos jugando solita, la muy desgraciada estará solita y jugando 15 minutos seguidos.

Padre acariciará la cabeza de su hijo, le dirigirá una sonrisa cómplice a su pequeña, su mirada se posará en la mía, habrá un intercambio de armas nucleares, ambos sabremos que el uso de cualquier palabra podría desencadenar la tercera guerra mundial.

Abriré los ojos a modo de advertencia, el fruncirá el ceño, apretaré fuerte los labios, entreabrirá la boca, abriré más los ojos, se rascará la cara y se irá.

Odio hacer la tarea, pero más odio el poder del padre.